Karina Espinoza es una mujer ecuatoriana que, en su adolescencia, decidió sumarse a la guerrilla de las FARC, en Colombia. En 2010, a los 22 años, fue sorprendida por un ataque del ejército hacia el campamento en el que se encontraba. Como resultado perdió su libertad, una parte del brazo y, por un tiempo, la movilidad de sus piernas. En el relato que presentamos aquí, Karina recrea con gran vivacidad ese instante terrible en el que estuvo a punto de morir. El relato forma parte de uno de los tomos de Fugas de Tinta , la colección que reúne una selección de textos resultantes de los talleres de escritura creativa en cárceles del programa "Libertad Bajo Palabra", del Ministerio de Cultura de Colombia. (Fuente: Verdadabierta.com) El proyecto está coordinado hasta la actualidad por su creador, el escritor José Zuleta Ortiz. En 2005, él formó parte de un grupo de escritores que visitó una cárcel de mujeres en la ciudad de Cali para realizar talleres literarios. Después de esto, a...
La cárcel como lugar de conocimiento, como lugar de potencia creativa. La cárcel como un espacio desde donde pensar y agrietar los muros que aprisionan y asfixian a quienes se encuentran tanto a un lado de la reja como al otro. Ese espacio donde se arroja lo que debe quedar afuera —otra de las tantas formas del cuarto de desechos— es también un lugar para imaginar afueras.