El Projeto Andorinhas [Proyecto Golondrinas] trajo grandes cambios para el contexto penitenciario en el que surgió, el municipio de Tocantinopolis, al Norte de Brasil. Funciona bajo la coordinación de Aline Campos, que explica en el texto de presentación que compartimos abajo su funcionamiento, además de contar brevemente la trayectoria del proyecto hasta hoy. También y antes de este texto, lxs lectorxs encontrarán el cortometraje "Proyecto Golondrinas. Acciones educativas en el centro de detención provisional de Tocantinópolis", subtitulado por nosotrxs al español, en donde las participantes estudiantes de la Universidad de Tocantins, así como los participantes en privación de libertad y trabajadorxs del sistema penal hablan de su experiencia en el proyecto y de las reverberaciones que este tuvo en sus propios universos particulares.
El Projeto Andorinhas, Proyecto Golondrinas en español, es el nombre que le dimos al conjunto de acciones educativas que hemos venido desarrollando en la Unidad Penal de Tocantinópolis, en el estado de Tocantins. Como su nombre lo indica, el proyecto surge de la reunión de varias golondrinas y alude a la sabiduría popular que enseña que "una golondrina no hace verano".
Siempre que nos proponemos hablar de lo que somos (¿o nos hemos convertido?) y de lo que hacemos, estamos llamadas a mirar nuestra historia (como nuestro grupo está conformado mayoritariamente por mujeres educadoras, optamos por utilizar el género femenino para referirnos a nosotras en este texto). Cuando volvemos la vista al pasado, vemos que somos el fruto de una semilla que encontró tierra fértil para germinar y desarrollarse. Es difícil precisar la composición de esta tierra que nos acogió, sostuvo y alimentó. Tampoco sabemos hasta cuándo (o si) sobreviviremos a la sequía-Covid-19 que nos asola. Seguimos resistiendo, mientras tenemos fuerzas.
Shara Rezende/Governo do Tocantins |
Nacimos en Tocantinópolis, un municipio de cerca de 23.000 habitantes, situado en el extremo norte de Tocantins, en una región conocida como "El Pico del Loro". Fuimos fecundadas por la extensión universitaria, a partir de la aproximación entre la Universidad Federal de Tocantins (UFT) –actualmente en proceso de convertirse en la Universidad Federal del Norte de Tocantins (UFNT)– y la Unidad Penal de Tocantinópolis. Al principio, en la unidad solo había un aula vacía destinada a la oferta de actividades educativas y una dirección entusiasta. Puede parecer poco, pero para un contexto carcelario era mucho. En la universidad, por su parte, había un profesor con experiencia en educación penitenciaria y algunas estudiantes dispuestas a aventurarse en ese contexto como una nueva posibilidad de experiencia formativa. Así empezamos a intentar aprender a volar…
Era junio de 2017 cuando se propuso la primera actividad educativa extensionista: talleres experimentales de lectura y escritura. Nos sentamos en círculo, en el suelo, junto con 12 hombres presos que estaban interesados en participar en el proyecto. Cada semana les llevábamos materiales de lectura, a partir de los cuales se producían nuestras conversaciones que culminaban, al final de cada encuentro, en una propuesta de escritura.
Aún en 2017, el fiscal se enteró de nuestras acciones, y comenzó a apoyarnos y fortalecernos. Se entabló contacto con nuevas instituciones y se ampliaron las alianzas. El espacio inicialmente vacío empezó a ser organizado cuidadosamente y a llenarse de muebles y libros recogidos a través de una campaña de donaciones.
Una vez estructurado el espacio, en febrero de 2018, comenzó la educación escolar, a cargo de la Secretaría Estatal de Educación, Juventud y Deportes. En ese momento en que se amplían las acciones educativas en la unidad, pusimos fin a los talleres experimentales y comenzamos a actuar en la promoción de un Club de Lectura, que más tarde se conocería como Clube dos Livres, el Club de los Libres. Esta reorganización de nuestras acciones fue motivada por el deseo de la población penitenciaria de ser contemplada con la Remisión de la Pena por Lectura (RPL). En esa época, el documento guía que existía era la Recomendación nº 44 del Consejo Nacional de Justicia (CNJ) y fue con base en él que reestructuramos el proyecto. Hoy existe la Resolución del CNJ nº391, que regula la remisión de pena no solo por la lectura, sino también por las demás prácticas sociales educativas no escolares.
Universidade Federal do Tocantins |
Respetando la norma, siempre leíamos un libro al mes. Sin embargo, la elección de los libros que se iban a leer, así como la forma de hacerlo, cambiaron a medida que escuchábamos y dialogábamos con los hombres presos que participaban en el proyecto y aprendíamos más sobre las particularidades de la unidad en la que actuamos. Precisamente porque creemos en la importancia del diálogo en la construcción de las actividades educativas, y conociendo la transitoriedad característica de la población penitenciaria en los contextos carcelarios, optamos por organizar el proyecto en módulos semestrales. De este modo, cada seis meses tenemos la oportunidad de evaluar colectivamente el progreso de nuestra acción de extensión y reformularla de acuerdo con los intereses de todas las personas que forman parte de ella.
A finales de 2018, logramos inscribir a dos participantes del proyecto que ya habían terminado la educación secundaria en un proceso de selección para acceder a la Educación Superior en la modalidad de Educación a Distancia en la UFT. Ambos pasaron y así se ampliaron más las acciones educativas en la unidad. A principios de 2020, cuando la Sercretaría Municipal de Educación y Cultura de Tocantinópolis comenzó a ofrecer Educación Básica I en la unidad, llegamos a asegurar el acceso a la educación en todos los niveles formales, así como la oferta de actividades no formales a través de la extensión universitaria. La unión de todas estas acciones educativas eran las golondrinas que anunciaban un nuevo verano para esta cárcel en particular.
Volamos muy bien. Además de llevar a cabo las distintas acciones educativas, en 2020 publicamos, con el apoyo del Poder Judicial, dos libros sobre nuestra experiencia, en los que contamos con textos escritos por muchas de nuestras golondrinas. Desgraciadamente, de repente todo tuvo que suspenderse a causa de la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020. La situación era completamente atípica y no sabíamos a qué alternativa recurrir. Fueron dos meses sin ninguna actividad, hasta que la hermana de uno de los participantes en el proyecto vino a pedirnos que hiciéramos algo, para que no los dejáramos aún más aislados y sin comunicación e interacción con la sociedad extramuros. ¿Qué podríamos hacer?
La verdad es que no teníamos ni experiencia ni idea sobre la educación a distancia y/o remota, especialmente en las cárceles, donde los límites son siempre mayores. Este era el reto. Nuestra primera acción para no sucumbir a los cierres a los que fue sometida la población carcelaria, y que tuvimos que aceptar por razones sanitarias y de salud, fue la de las Bibliotecas Ambulantes. Inspiradas en las ideas del educador y escritor argentino Carlos Ríos, preparamos actividades de lectura semanales que colocamos en cajas de leche para mandarlas al interior de las celdas, junto con propuestas de producción escrita. Así lo hicimos entre mayo y octubre de 2020, hasta que tuvimos que volver a suspender nuestras actividades, esta vez por una huelga de los Guardias Penitenciarios que reivindicaban derechos laborales.
Nos autorizaron a reanudar nuestras actividades en noviembre de 2020, pero estábamos cansadas de un año emocionalmente devastador: el primer año de la pandemia de Covid-19. Nos faltaban las fuerzas para retomar el trabajo de elaborar, semanalmente, actividades. Era solo un mes más, pero parecía toda una vida. Estábamos entre nuestro cansancio psicológico y nuestro compromiso con la educación. Para respetar nuestros límites, sin renunciar a la continuidad de la oferta de acciones educativas, invitamos a más personas a que se unieran a nosotras. Así nació la primera versión de nuestra acción educativa con cartas: el Entre-nós: caderno-presente (la traducción del título del libro ofrece por lo menos dos posibilidades diferentes, porque "nós" en portugués significa tanto "nosotros/as" como "nudos". Así la traducción puede ser tanto "Entre nosotros/as" como "entre-nudos": "cuaderno-regalo").
El año 2020 nos acercó a la experiencia del encarcelamiento, al imponernos la necesidad de aislamiento en nuestras viviendas. Nuestras interacciones sociales ocurrían principalmente de modo virtual. A diferencia de nosotras, las personas presas vivieron el verdadero aislamiento social, quedando en gran medida incomunicadas con la sociedad extramuros. Ante esta realidad, nos pareció especialmente oportuno invitar a diversas personas a que escribieran cartas a la población penitenciaria contando sus experiencias personales de aislamiento durante el año 2020. Apostamos, simultáneamente, por la oportunidad de tener una mirada más sensible hacia la experiencia de estar preso y por la potencia de las cartas como vehículo de comunicación.
En el corto plazo de una semana logramos reunir 64 cartas, que juntas formaron lo que llamamos caderno-presente [cuaderno-regalo], una especie de cartilla que preparamos para los participantes del proyecto como material de lectura para el último mes del año.
La experiencia fue tan positiva que, a partir de ella y en colaboración con la Universidad Federal de Paraíba (UFPB), creamos un proyecto de intercambio de cartas entre hombres presos en Tocantinópolis y en una unidad penal de la ciudad de João Pessoa, estado de Paraíba, y personas no presas: Entre-nós: cartas, palavras e escritas [cartas, palabras y escrituras]. Con este proyecto, elaboramos una cartilla mensual con diversos materiales de lectura a partir de una temática previamente definida y mediamos el intercambio de cartas entre las personas que participan en el proyecto, que dialogan sobre los temas a partir de la cartilla y sus experiencias de vida.
El primer módulo de Entre-nós tuvo lugar entre marzo y agosto de 2021, con la participación de 50 personas presas (correspondientes intramuros) y 25 personas no presas de diferentes estados del país (correspondientes extramuros). Tras la conclusión de esta primera experiencia y una evaluación colectiva, se perfeccionó y amplió la propuesta, dando lugar al segundo módulo, que comenzó en octubre y está previsto que concluya en diciembre de 2021. En esta segunda edición, el proyecto cuenta con la participación de 25 correspondientes intramuros de João Pessoa, 31 correspondientes intramuros de Tocantinópolis y 56 correspondientes extramuros.
En tiempos cada vez más virtuales y acelerados, nuestras acciones educativas en las cárceles resisten a los cierres y a los retrocesos mediante el uso de las cartas porque, como escribió André Comte-Sponville, escribimos una carta:
Para habitar juntos la esencial soledad, la esencial separación, la esencial y común fugacidad. Para describir el tiempo que hace, el tiempo que pasa. Para contar en qué nos convertimos, lo que somos, lo que esperamos. Para decir la distancia sin abolirla. El silencio, sin corromperlo. El yo, sin encerrarse en él. Esto no hace las veces de palabra. Esto no hace las veces de nada. Y nada, tampoco, ocurre: las cartas verdaderas, las que uno desea recibir, son gratuitas e irreemplazables, como la vida, como el amor, como un regalo, y esto es uno. «No es nada, soy yo —me escribe un amigo—, vengo a decirte que te quiero mucho, mucho…». Es nada, o casi nada, y no obstante un trozo del mundo y del alma, transmitido como por milagro, tan leve en la mano, tan hondo en el corazón, tan próximo en lo distante. (Comte-Sponville, André. Impromptus. Traducción de Pierre Jacomet. Editorial Andrés Bello: Santiago de Chile, 1999. P. 51)
En este contexto histórico que atravesamos, esto es lo que necesitamos... nosotras y las personas que están encarceladas.