A veces me gusta pensar que soy afortunado porque veo dos perspectivas de vida muy distintas, por un lado veo miradas desoladas, y otras con mucha esperanza. Afuera son muy pocas las personas que se detienen a contemplar el día, el clima, la naturaleza.
¡Si supieran que acá hay mucha gente esperando sólo poder ir a dar una vuelta manzana! He visto y conocido mucha gente que se va y vuelve, otros que se van y jamás los he vuelto a ver y eso es lo mejor.
Yo soy muy optimista y sueño con que algún día saquen a mi amigo el muro, que saquen las rejas y pongan muchos juegos. En fin, mi gran sueño es ser parte de un parque de diversiones. Pero por el momento solo sigo siendo el tanque de Olmos.
Aventura de palomas
A veces no puedo disfrutar de la primera luz del día ya que las malditas palomas siempre están molestando y hoy no fue la excepción. Sin embargo, estuve hablándoles a mis amigas las palomas y ellas me dijeron «cuéntanos tu historia y nosotras la contaremos, así te harás famoso y volverás a ser como eras antes».
Les conté que a mí me construyeron para dar agua porque el agua es vida, algo que antes era muy admirado por la gente. Yo era muy bueno y necesario. Pero pasaron los años, generación tras generación, y empezaron a verme como cualquier cosa.
Un día, sin embargo, logré mi objetivo: ser admirado y reconocido gracias a mis amigas las palomas. Resulta que ellas llamaron a todas sus amigas y vinieron a tomar de mi agua. Eran demasiadas y eso llamó la atención de mucha gente, la noticia salió en los titulares de la tele: EL GRAN TANQUE OLVIDADO TODAVÍA DA VIDA Y LO COMPROBAMOS: CINCO MIL PALOMAS SE REÚNEN A TOMAR AGUA EN EL TANQUE MÁS GRANDE Y OLVIDADO.
Así volvió todo a la normalidad: me limpiaron, me llenaron y pintaron.
Ahora soy un tanque nuevo.
Desde la cancha
Interno— Se escucha la voz del encargado de piso que grita ¡¡¡cancha!!! Y yo salgo de la cama entusiasmado por salir al sol que no me da hace mucho tiempo en la cara, veo mi piel blanca como la hoja en la que estoy escribiendo. Al bajar por las escaleras oscuras de Olmos veo como el sol resplandeciente me encandila la visión y me llena de energía. Jugando al fútbol con los chicos, me llama la atención el gigantesco tanque y me pregunto si se sentirá solo…
Infierno
Tan alto y tan lejos de todo.
Muchos se van por donde entraron y yo sigo acá parado, no sé hasta cuándo. Con el transcurso del tiempo vi pasar muchísima gente, pero en la actualidad la mayoría son adolescentes.
Veo también muchas cosas buenas y malas.
Y yo pienso: ¿por qué tanto dolor y sufrimiento? ¿Por qué tengo que ser un tanque y ver todo esto? Mi mayor deseo es salir de esta realidad que me rodea: personas olvidadas por distintas razones o errores por los que no volverán a sus hogares. Yo siento que cada día que pasa me lleno de angustia, por tantas familias destrozadas.
Veo a mi alrededor hogares humildes, negocios, fábricas. Gente que cría hijos sin importar o sin saber si van a pisar esto que llaman cárcel.
El lugar de los olvidados. El infierno.
Si tuviera que elegir un lugar en el mundo me plantaría en una linda playa donde todos van a disfrutar y compartir donde hay buenas vibras para todos lados.
Dios y el tanque de Olmos
Un día como hoy, el tanque de agua estaba pensativo, cansado ya de tantos años de trabajo suministrando agua a la unidad penitenciaria y ver tantos humanos a lo largo de estos años.
Tanque— Me pregunto, ¿cuándo será el día de mi jubilación?
(Sin que el tanque se dé cuenta, aparece un ser omnipresente y le responde.)
Dios— Tú estás hecho para suministrar agua toda tu vida. Eres un objeto inanimado y así será por siempre, al igual por acá seguirán pasando humanos porque están pagando sus delitos.
Tanque— ¿Y quién eres para decir estas cosas y opinar sobre mi vida?
Dios— Yo soy ese ser omnipresente que los humanos llaman «Dios». Todo lo veo y todo lo escucho.
Tanque— Entonces si eres un ser tan poderoso como todos piensan, ¿por qué no me das la oportunidad de ser humano por un día?
Dios— Te cumpliré ese dichoso anhelo para que puedas ver, sentir y escuchar como humano, ver por qué son necesarias la unidades penitenciarias para la reinserción social y que los delitos sean pagados ante la supuesta ley implementada por ellos.
Tanque/Humano— ¿Me vas a dejar acá adentro estas 24 horas siendo humano?
Dios— Sí, para que veas la vida que llevan «tus compañeros» acá dentro, para que veas que cumples una función esencial para este lugar.
(Al estar el tanque transformado en humano, desaparece el suministro de agua para la unidad.)
Tanque/Humano— No sabía que al desaparecer yo, también desaparecería el agua de este lugar. Tendrías que poder ayudarme, quedándote por 24 horas suministrando agua, de lo contrario no podría llevar la vida común del día a día.
Dios— Está bien. Por esta vez te ayudaré y me transformaré en un tanque. A cambio, al final del día, cuando vuelvas, quiero una reflexión de cómo son los humanos.
(Y así fue. El tanque vivió la experiencia durante el día de cómo es ser un humano privado de su libertad y al final del día volvió con su reflexión.)
Dios— ¿Cuál es tu reflexión?
Tanque/Humano— Aquí es un lugar muy triste, hay mucho potencial desperdiciado, personas que podrían ser importantes, médicos, escritores, abogados y hasta profesores, pero por errores que cometieron o por no haber tenido las posibilidades adecuadas terminaron tras las rejas. La reflexión que puedo hacer es que es normal errar, ya que cometer errores es de humanos, nadie es perfecto. Hasta tú, Dios, que parece que tienes a todos estos humanos abandonados en pena y son tu creación. Si ellos erran, entonces tú eres igual de culpable que ellos.
Espíritu de libertad
Quiero salir, me están pesando los años.
Me encuentro en este lugar y en la misma postura desde hace 90 años aproximadamente. Esta vida no es para nadie. Acá se arman peleas contra la misma muerte; el Estado no lo ve y el Servicio, tampoco.
Me gustaría que me saquen de acá y me restauren, que me trasladen al centro de la ciudad y que me reconozcan como monumento histórico. También quisiera irme con mi primo, el faro que se encuentra en la costa de Mar del Plata, donde todos se van de vacaciones y se sacan fotos con él.
Cada día he vuelto a brillar, el sol me rodea, el espíritu de libertad está llegando, mis piernas son fuertes y me ayudan a jamás caer, siempre de pie. Nada me va a derribar, excepto la demolición que algún día llegará.
Hoy sólo pienso en disfrutar estos días de sol y aire fresco.
Al parecer, mi destino es derrumbarme en este lugar, solo, triste y olvidado. Observo a mi alrededor y veo muchas cosas buenas, como también lo malo. De toda esta triste realidad son pocos los que se adaptan al ritmo de la sociedad.
Cuando muchos son los que se van, muy pocos se quedan en libertad. El resto, regresa.
Cada mañana los veía en la ventana, consumiendo un cigarrillo, pensativos y angustiados. Desde este punto de vista alcanzaba a ver todos sus pensamientos.
«Qué lindo estuvo el día, jamás pensé que un día como este podría llegar a sentir tantos sentimientos en mí: felicidad y tristeza. Qué grande está mi hijo, siento ganas de salir y estar con él, darle lo mejor para que nunca fracase y pase por algo similar. Me da mucha rabia tener que despedirme de esta forma, no lo soporto. Mi hijo llora al despedirse de mí. Qué triste pensar en que le fallé durante muchos años. Espero esta vez no volver a ser el mismo egoísta y descuidado.»
—Qué lástima. Qué sentimiento tan contagioso. Al parecer compartimos el mismo sentimiento, alejarnos de este lugar sin que nada ni nadie lo impida, y ser felices viviendo la vida que es tan hermosa, a pesar de los obstáculos y de lo que uno elige vivir.
Para la traducción al portugués
del "Monólogo del Tanque" nos apoyamos en una herramienta de
Inteligencia Artificial (IA), el Chat GPT, a modo de experimento. Con el Chat
GPT hicimos una primera versión que luego revisamos cuidadosamente. La IA
respondió con limitaciones significativas en aspectos como la falta de
reconocimiento de la ironía o de términos de uso local. La versión final
incluye un número considerable de alteraciones. Para no cometer injusticias
debemos decir que los posibles errores de traducción son de nuestra entera
responsabilidad, ¡no del Chat!
Participaron en la traducción y revisión del "Monólogo del Tanque": Bruna Macedo de Oliveira Rodrigues,
Mario Rodríguez Torres, Ximena Vargas, Janaina Andriolli y Penélope Chaves
Bruera.
Fotos de Francisco Pourtalé