sábado, 17 de septiembre de 2022

El libro “Ultrasonido” muestra la afectividad y la realidad de los jóvenes que están privados de la libertad


En 2020, Jedivam Conceição, pedagoga de la Unidad de la Fundación para la Atención Socioeducativa (Funase) de Arcoverde, Pernambuco, les propuso a los adolescentes que cumplian medida socioeducativa de esa institución la creación del Club Castelar, un espacio en que podrían contar lo que quisieran sobre sus historias. Además de garantizar a los adolescentes un lugar para hablar libremente y ser escuchados, la idea era estimular la lectura y la escritura por medio de los libros disponibles en la biblioteca de la Fundación.

Club Castelar. Reproducción: Archivo/Jedivam Conceição

Desde este espacio surgió la Cartonera Castelar, un sello editorial que promueve la publicación de producciones hechas por los adolescentes que están o ya estuvieron en la Funase de Arcoverde. El Diário da Tranca [Diario de la Tranca] fue el primer trabajo publicado por el sello, con textos y testimonios escritos por los adolescentes, del año 2020 al 2021. Las portadas las diseñaron y elaboraron manualmente los mismos autores.

Diário da Tranca. Imagen vía Livradante

En una entrevista con el Diario de Pernambuco, Jedivam habla sobre la creación del libro: “Hacíamos talleres, ruedas de lectura, veíamos películas, todo con la intención de estimular las actividades. A partir de ahí surgió la idea de que escribieran sobre sus rutinas como internos. Decidí continuar con el proyecto y transformar esos relatos en libro, publicarlos y darles visibilidad”.

Cartonera Castelar sigue la tradición de las cartoneras en Latinoamérica, que transforman en libros un material desechable (el cartón), por medio del trabajo colectivo y con el objetivo de hacer circular a autores y autoras sin acceso a los grandes mercados editoriales. El libro de cartón es un proyecto artístico singular y con pocas unidades.

Ultrasonido, la segunda publicación de la Cartonera Castelar, surgió de la investigación de maestría de Jedivam. Como relata en la carta titulada “cordón umbilical”, que hace parte del libro, tenía interés en entrevistar para su investigación a Geydson Oliveira, que pasó por la Funase de Arcoverde. Los dos se encontraron en 2020 para hablar sobre el tema y decidieron que más apropiado que una entrevista sería un intercambio de cartas. Sin haber sido pensadas para formar parte de libro, ese intercambio epistolar se fue transformando, posteriormente, en Ultrasonido, que debe su nombre a que Geydson le mostró a Jedivam, en el referido encuentro, la imagen del ultrasonido de su segundo hijo que venía en camino. La carta “cordón umbilical”, escrita dos años después, está dirigida a ese hijo, Nicolas, futuro lector del libro. 

Ultrasonido es un libro-objeto, una caja que contiene diez cartas intercambiadas entre Jedivam y Geydson, además de la carta “cordón umbilical” y una carta de presentación al lector escrita por Rodrigo Teófilo da Silva Santos. Cada carta viene en un sobre con tres sellos: Cartonera Castelar, Tsuru y Sertón. Las cartas revelan una relación significativamente distinta de una entrevistadora-investigadora y su entrevistado. Se trata de un intercambio intelectual y afectivo en que los dos cuentan episodios significativos de su vida, incluyendo, por supuesto, la experiencia en la Funase de Arcoverde, como pedagoga e interno, respectivamente. Las correspondencias son, entre otras cosas, una reflexión crítica tanto de las políticas de encarcelamiento de jóvenes como de la situación que enfrentan en las instituciones de privación de libertad: “(…) allá dentro de ese lugar falta un poco más de HUMANIDAD, allá dentro somos tratados con mucha humillación”. Este es apenas un fragmento, que puede ser consultado a continuación, a partir de las cartas que hemos seleccionado.

Las cartas aparecen en el libro tal y como fueron escritas, sin pasar por una corrección textual. Esta decisión se debe posiblemente al deseo de la editora, Jedivam, de no borrar el hecho de que estas, al menos en parte, provienen de un lugar distinto al de la tradición letrada.  En la traducción decidimos conservar las irregulares de puntuación, pero no las relacionadas con la ortografía de las palabras para evitar el riesgo de caricaturizar el texto. En una traducción completa y más detenida del libro esta decisión, tal vez, tendría que ser repensada.

Selección de fragmentos de cartas escritas por Jedivam:

Carta 5

Arcoverde, 11 de noviembre de 2019.

Hola, Geydson

           Las palabras que aquí escribo no podrían ser con otro sentimiento, más que de agradecimiento por tu generosidad, respeto y cariño por todo lo que estamos construyendo juntos. Agradecimiento por todo lo que me enseñas durante este compartir.

         Te confieso que a veces me siento insegura, la responsabilidad de este trabajo me asusta y son muchas las incertidumbres, y cuando comparto esto contigo, tu bonita forma de ver la vida siempre me dice que todo va a salir bien. Desde que te conocí eres así. Desbordas alegría y optimismo aun en medio del caos, una forma de ser que siempre les ha encantado a aquellos que están cerca de ti. Recordé esos días cuando participabas de un taller de origami en la Funase, y entre otras técnicas hacías tsurus [orizurus], aquella ave japonesa símbolo de la longevidad y de la buena suerte; y logras transformar un pedazo de papel en arte, lo lindo de tu alma también transformaba el orden de las cosas y daba la garantía de que no solo era necesario, sino también posible cree que todo podía ser mejor.

         Esta semana me encontré con un poema de un escritor brasileño llamado Manoel de Barros, el poema se llama “Árbol” e ilustra lo que te acabo de decir. Las palabras del poeta dicen así: 

Un pajarito le pidió a mi hermano que fuera su árbol.

Mi hermano aceptó ser el árbol de aquel pajarito.

En ese tiempo de ser ese árbol, mi hermano aprendió sobre el sol,

el cielo y la luna más que en la escuela.

En ese tiempo de ser un árbol, mi hermano aprendió sobre ser santo,

más de lo que los sacerdotes les enseñaron en el internado.

Aprendió con la naturaleza el perfume de Dios,

Su ojo en ese tiempo de ser árbol, aprendió mejor el azul.

Y descubrió que una casa vacía de cigarra olvidada en el tronco de los árboles, 

solo sirve para poesia.

En ese tiempo de ser árbol mi hermano descubrió que los árboles

  son vanidosos. 

Que justamente aquel árbol en el cual mi hermano se había transformado, se envanecía cuando era seleccionado para el atardecer de los pájaros. 

Y sentía celos de la blancura que los lirios dejaban en los pantanos.

Mi hermano le agradeció a Dios aquella permanencia como árbol porque se hizo amigo de las mariposas.

¡Es esa grandeza la que veo en ti, tú eres el pajarito! Y a mí, me enseñaste a ser un árbol. En ese tiempo no siempre pude ser sombra, ser una rama firme donde fuese posible construir un nido o ser refugio para las mariposas, pero me transformaba cada vez que un pajarito se posaba sobre mí.

         Hoy regresé de vacaciones, después de un mes sin ir a la Funase, fue mi día de atención, conversé con algunos chicos que no conocía. Recordaba en ese momento lo que me contaste sobre la primera vez allá, escuchaba tus palabras en las miradas de algunos hoy, en las dudas de lo que es estar en la Funase, en el deseo de que no sea real, de no pertenecer a aquel lugar, de las acciones que amedrentan, de la convivencia con desconocidos y del miedo a lo desconocido.

         Subí al pabellón y un adolescente me llamó y me preguntó si sería incluido en la audiencia concentrada, que es una posibilidad de progresión o extinción de medida fuera del plazo que anteriormente estaba establecido en la periodicidad según el informe. Dijo que ya cumplía medida hace ocho meses y que su acto fue una tentativa de homicidio.Le dije que no le podía prometer nada, pues estaba volviendo de mis vacaciones y esa decisión la tomó en conjunto todo el equipo técnico. Me dijo: respóndeme que sí, Jedivam, solo para que me sienta mejor, si tú dices que es posible, es otra cosa. Sonreí y le dije que, si eso lo haría sentir mejor, entonces sí, era posible. Me dio las gracias y también sonrió. Con esos gestos simples me he convertido en árbol y he aprendido más sobre el sol, el cielo y la luna que en la escuela…

                                                        ***

Carta 7

Geydson

         Cada vez que recibo una carta tuya me sorprendo y me emociono con tus palabras y con tu forma de ser sencilla que hace que las cosas se vuelvan posibles. La última carta que recibí fue una emoción más que experimenté pues nuestra forma de enviar y recibir nuestras memorias era, hasta entonces, a través de Fábio, que transporta pasajeros de Arcoverde a Monteiro diariamente; él siempre transporta nuestras correspondencias y hace el papel de guardián de nuestras palabras. Sin embargo, aquel día que estaba saliendo de casa y encontré el sobre en mi caja de correspondencia, no esperaba que lo fuera a recibir así, incluso me habías dicho que aún no habías terminado y yo te dije que lo hicieras en tu tiempo.

         Tomé la carta y subí las escaleras corriendo para leerla, me sentí muy emocionada, como todas las veces que recibo una carta tuya, independientemente de lo que haya en ella, simplemente por el gesto. Te llamé enseguida, ¿recuerdas? Me dijiste que habías venido a Arcoverde, trajiste la carta y la dejaste en mi buzón, no tocaste el timbre, solo la dejaste y te fuiste, pues necesitabas resolver algunas otras cosas.

         Me he inspirado en tu trayectoria, me he permitido ver a otros adolescentes a través de ti, he realizado mi trabajo con una sensibilidad que antes, muchas veces, no tenía, ya fuera por mi posición dentro del sistema o por ser devorada por el tiempo y las burocracias.

         Cuando hablas en la carta de algunos episodios que te sucedieron en la Funase, recordé que experimenté algunos de ellos, como la llegada de adolescentes. Hoy no existe más esa cultura, pero en aquella época, como lo mencionaste, quien llegaba era recibido por los demás a los gritos y en coro: “¡Vas a morir! ¡Vas a morir!”. Para mí misma, cuando acompañé por primera vez, con un policía, a un adolescente para ser alojado en la “JAULA”, atravesar algunos metros en el corredor, entre el portón de la entrada y el patio, fue amedrentador, los gritos eran ensordecedores, ese es uno de los recuerdos más fuertes que tengo de allá, parece que cuando escribo aquellas voces resuenan en mi mente.

         Me quedé imaginándote, un chico de 12 años siendo “aprisionado”, como pasa con tantos. Esa situación me lleva a reflexionar sobre varios asuntos, para algunos tengo respuesta, para otros no, me queda la inquietud y la seguridad de que es necesario seguir luchando.

                                                        *** 

Selección de fragmentos de las cartas escritas por Geydson: 

Carta 2

Hola, Jedivam

Comienzo esta carta, agradeciéndote por los recuerdos que me hiciste recordar buenos y malos, recuerdos inolvidables la primera vez que pasé por FUNASE no fue como un delincuente como la sociedad piensa recuerdo que fui un adolescente o un chico muy travieso guardo en la memoria que fue por actos que hoy la verdad si no hubiera ido a aquel lugar todo podría haber sido diferente pero en fin fui entonces viéndome en aquel lugar donde no habían derechos tenía que ser según lo que mandaba el sistema y tenía que hacer mi parte surgieron entonces las preguntas de los otros adolescentes, ey loco ¿cómo caíste?, después los agentes me brotó ese miedo ese arrepentimiento de todo lo que había hecho me brotaron también las primeras lagrimas de estar lejos de casa, de la familia y de los amigos pero ahí todo fue pasando y ocurriendo la adaptación al lugar donde hice amistades y enemistades ocurrió también la admiración de todos por mi tamaño yo era tan pequeño que los compañeros me llamaba la mascota de ahí, imaginate, entonces pasaron 40 días y dos amigos míos y yo teníamos al otro día audiencia en la cual seriamos liberados ocurrió entonces el comienzo del resultado del sistema nos sacaron de la celda donde estábamos todos juntos y nos separarón dejándonos a nosotros tres en una salita con un aire acondicionado que en medio de la madrugada los chicos y yo lo sacamos de su sitio y por el hueco del aire acondicionado huimos apenas yo con uno de los otros dos, éramos tan inocentes que unas 3 o 4 horas después fuimos detenidos y capturados por los propios agentes de la funase donde fuimos golpeados violentamente, nos pegaron mucho, al llegar al juzgado le dieron la noticia al juez quien ahí mismo canceló nuestra libertad y nos transfirió a Caruaru CENIP CARUARU pasé 19 días allá después hubo otro traslado donde el juez de allá quien nos daría la libertad, no sabía ni adónde estaba yendo solo lo supe cuando llegué a GARANHUNS pasé 6 días allá y obtuvimos la libertad condicional con el deber de prestar servicio comunitario donde pasabamos la tarde allá en el CREAS [Centro de Referencia Especializado de Asistencia Social] solo firmaba asistencia y me quedaba allá de las 1:00 pm hasta las 5:00pm.

Donde se suponía que pasaríamos un periodo de 6 meses en menos de dos meses fue tanto el aburrimiento de pasar toda la tarde sin hacer nada que decidimos no ir más entonces me quedaba por la calle llegaba a la casa y mi mamá me preguntaba dónde estaba y yo le decía que allá en el CREAS, todo bien el tiempo fue pasando y en menos de 1 año el juez nos mando a arrestar de nuevo en aquel lugar donde yo le juré a todo el mundo que nunca más pisaría, siendo para cumplir la medida que fue incumplida entonces pasé más de 6 meses en aquel verdadero infierno con visitas a cada dos meses, con más tiempo escuchando la historia de todos los otros adolescentes ese lugar no me resocializó y cuando salí comenzaron las primeras infracciones donde empecé primero a robar un loro un hombre dijo que me lo compraba, como la casa se localizaba en un lugar muy concurrido las personas en la calle nos vieron saltando el muro entonces llamaron a la policía y salimos corriendo para un matorral y ya cansados tuvimos que parar y escondernos pues ya no aguantamos correr más, parece hasta chistoso pero mi amigo estaba con el loro en la mano y estaba apretándole el cuello yo le dije que abriera un poco la mano o si no lo iba a matar y cuando lo hizo el loro gritó los policías nos encontraron y fuimos detenido de nuevo pasé 5 meses más de nuevo por causa de un loro entonces salí de nuevo y las cosas fueron empeorando comenzamos a robar mercados, panaderías, etc.

Fue entonces que nos detuvieron de nuevo siempre los mismos fue entonces que te conocí Jedivam estando por última vez en la FUNASE [...]

El tiempo fue pasando en esamisma rutina pasé casi 11 meses por buen comportamiento y con tu ayuda Jedivam y la de Giudásio el abogado de la casa salí, salí pero peor Ya era mayor de edad no salí peor por culpa de ustedes, sino por lo que viví allá dentro de ese lugar falta un poco más de HUMANIDAD, allá dentro somos tratados con mucha humillación, especialmente cuando hay un registro, la policía nos pone a todos en ropa interior en la cancha a veces incluso desnudos a menudo íbamos así a la cancha de sorpresa de madrugada y con frío nos arrojaban agua y nos golpeaban queriendo que digamos dónde hay algo malo sin que haya nada entonces yo me fui indignando con esas situaciones cuando salí para completar no tenía ninguna oportunidad de trabajo porque amiga mía Jedivam te hablo con toda seguridad y sinceridad que si todos los adolescentes que salen de la FUNASE tuvieran una oportunidad para trabajar muchos serían de hecho ciudadanos, yo cuando salí la ultima vez de la Funase encontré un empleo en mi ciudad natal en Custódia pero allá tenía muchos amigos y muchas malas influencias así que no aproveché la oportunidad y me puse a hacer más cosas que no estaban bien fue entonces que mi vida fue empeorando comencé a traficar o sea yo ya era como la gente decía un bandido de alta peligrosidad duró poco esa etapa la policía me arrestó y fui directo a la prisión de Arcoverde, llegando allá no sufrí tanto porque tenía varios amigos y comencé a trabajar en el comedor y conseguí un celular allá dentro y me conseguí hasta novias en plural porque fueron unas 4 en serio, me agarraron con 1 celular allá dentro y me mandaron al castigo la policía me pegó mucho pasé un período de 1 año y 1 mes y 19 días allá, me concedieron la libertad mi hermano tiene una esposa en Monteiro, en Paraíba, y me consiguió un empleo en la escuela donde ella trabaja vivo aquí hasta hoy le pido todos los días a Dios no volver a tener ninguna recaída conocí a mi esposa y vivo con ella hoy ella tiene un hijo que considero como mío también tanto es el cariño con que me dice PAPÁ solo yo siento lo placentero que es ese sentimiento ella está embarazada de 6 meses esperando mi primer hijo estos días tuve la sensación más placentera al escuchar y sentir su corazoncito entonces lo que yo quiero decir es que la vida que tengo no vale ser cambiada por nada del mundo espero poder ayudarte en mucho más Jedivam…

                                                        ***  

Carta 10

Sertânia, 20 de marzo de 2020.

Jedivam 

Me gustaría empezar agradeciendo el afecto que compartes con tus amigos por mí, tampoco tengo palabras para expresar lo que siento desde que conversamos en frente a la iglesia en Arcoverde me siento muy feliz por todo y haber recordado ese mi pasado me hizo muy bien mis amigos llegan a mi casa y me preguntan qué es lo que estás haciendo así que yo comienzo a contar todo desde el inicio sin ninguna vergüenza o resentimiento que era lo que sentía antes pero después de nuestro trabajo me siento más cómodo y más a gusto para hablar de mí, y como he dicho todo saldrá bien nuestra historia mi trayectoria será un éxito tu trabajo ya está teniendo éxito antes de ser presentado.

Y Nícolas llegó y fue emocionante yo presencié todo a pesar de que los médicos y las enfermeras no me querían dejar entrar jaja, pero gracias a Dios entré y fue maravilloso una sensación maravillosa tenerlo en mis brazos por primera vez y es maravillosa la experiencia aparte de las madrugadas en vela que estamos pasando y su madre porque para calmarse después de que se cansa es una cosa pero es muy bueno de verdad quiero contarle todos los días sobre nuestro trabajo quiero contarle todos los días fragmentos de mi historia para que él nunca pase por lo que yo pasé quiero servir de ejemplo no solo para Nícolas ni para Antonny Gabriel sino para todos los que oigan hablar sobre ¿quién era Geydson? Y espero también que las autoridades que se encuentren con situaciones como la de mi primera infracción no los traten como delincuentes pues pueden acabar con la infancia o hasta con la vida de adolescentes que actúan por impulso pues creo que lo que cometí cuando fui por primera vez a la FUNASE no era para que las autoridades actuaran como actuaron si las autoridades hubieran tomado otras medidas yo no habría pasado por lo que pasé porque rompí algunas luces de los postes y eso no es ser delincuente, eso es ser un niño travieso un chico que se porta mal no un delincuente que fue en lo que me convertí cuando salí de la Funase fue así e impresionó a todo el mundo a mi familia a mis amigos todos pensaban que yo saldría la persona más calmada del mundo pero no yo aprendí a robar y a traficar porque cuando yo salí de ese lugar mi vida casi que acabó, ¿por qué casi acabó? Porque la sociedad ve a los que salen de estos lugares con otros ojos no te dan oportunidades de resocialización nadie te da trabajo no consigues ningún apoyo entonces autoridades les den más chance a esos adolescentes van a ver que el país cambia de verdad...

Quiero agradecerte Jedivam por creer en mí un abrazo y buena suerte con tu trabajo…

Fue un placer compartir mi historia contigo.

Un Fuerte Abrazo  Jedivam



miércoles, 1 de junio de 2022

Manifiesto Colectiva Pájarx Entre Púas

 

    Compartimos el Manifiesto de la colectiva Pájarx Entre Púas, una comunidad sorora, con sede en Chile, de mujeres y disidencias, personas encarceladas, excarceladas y artistas feministas. También compartimos un vídeo de presentación de la Colectiva en el que aparecen imágenes de algunas de las actividades artístico-pedagógicas que esta ha desarrollado.


Pájarx Entre Púas

Somos una Fundación y Colectiva Transdisciplinaria – Feminista que trabaja vinculando las cárceles y los barrios, desde la Pedagogía, el Cuerpo, el Arte y la Memoria. Nuestro principal objetivo es construir una Comunidad Sorora de mujeres y disidencias, personas encarceladas, excarceladas, artistas, activistas feministas y comunidades familiares, que permita urdir redes de contención y creación y nuevas oportunidades para construir juntas una sociedad más justa.

    Desde la investigación/acción nos interesa generar contenido crítico con pertenencia territorial y feminista que visualice las condiciones de desigualdad, llevándolo a escena a través de la creación de obras e imágenes que nos permitan visualizar otra realidad posible.

    Nuestra metodología somática/dialógica se basa en la conexión individual y colectiva vinculando cuerpo-arte a contextos socioculturales y procesos identitarios para movilizar una memoria colectiva que interviene calles y cárceles, denunciando las injusticias.


NUESTRO MANIFIESTO Y GRITO DE LUCHA:

    En estos momentos dentro del Complejo Penitenciario Femenino de Valparaíso se encuentran ¡más de 130 mujeres privadas de su libertad! Quienes deben soportar las malas condiciones y los malos tratos físicos y psicológicos que se dan dentro de la cárcel.

    El 69% de ellas ha sido encarcelada por delitos de baja connotación social, el 66% de ellas aún no ha terminado el cuarto medio y el 95% es madre.

    Esto ha significado que la gran mayoría de ellas deba exponerse a situaciones muy peligrosas para conseguir alimento tanto para ellas como para sus familias, y además una gran parte de las compañeras han caído en prisión debido a la coacción de sus parejas o familiares.

    ¡Esto sólo nos dice que la cárcel es el síntoma de este sistema patriarcal, desigual ycastigador!

    La prisión es el reflejo de una sociedad que produce riqueza, pero encarcela a los y las pobres, despreocupándose de entregar una vida digna y libre de violencia para todes.


¡NO ESTAMOS TODAS, FALTAN LAS PRESAS!

¡ESTAMOS PRESAS, NO ESTAMOS MUERTAS!


Vídeo de presentación de la colectiva:




Colectiva Pájarx Entre Púas en las redes sociales:

miércoles, 16 de marzo de 2022

Proyecto Golondrinas en Tocantinópolis 2 - Entrevista a Antônio Pereira da Silva, autor de “Entre pájaros, ciegos y respiración: un vivir posprisión”

     En esta entrada publicamos la entrevista que le hicimos a Antônio Pereira da Silva quien participó en el proyecto Golondrinas desde 2018 hasta 2020, mientras estaba en la Unidad Penal de Tocantinópolis (Tocantins, Brasil). Antônio es una de las personas que habla del proyecto Golondrinas en el cortometraje que compartimos en nuestra entrada pasada. Nació en Tocantinópolis, pero ahora vive en Palmeiras. La entrevista la hizo Mario Torres, miembro del equipo de nuestro blog, vía plataforma virtual.

    A continuación de la entrevista, lxs lectorxs encontrarán también el texto “Entre pájaros, ciegos y respiración: un vivir posprisión” que Antônio escribió para el libro Andorinhas Reinventam a Prisão, organizado por Aline Campos y Rafael Caetano do Nascimento.


Mario: Antônio, ¿cómo ingreso al Proyecto Golondrinas?

Antônio: A principios de 2018, la doctora Aline vino al sistema en el que yo estaba recluso y llegó con la propuesta de hacer un “Club de los libres”, un club de lectura. Fue a través del club de los libres, del club de lectura, que llegué al Proyecto Golondrinas, y también a la escuela formal, que no existía dentro del penal. 

Mario: ¿Por qué decidió participar del “Club de los libres”? ¿Cómo fue ese proceso?

Antônio: A través del proyecto de extensión de la universidad (Universidad Federal de Tocantins) llegué al “Club de los libres”. Escribimos dos libros en este tiempo, entre que estaba recluso y que salí en libertad…

Hicimos la impresión de los libros, primero este, Ler e escrever na prisão (Leer y escribir en la prisión), y el segundo, Andorinhas reiventam a prisão (Golondrinas reinventan la prisión).

Mario: ¿Participó de ambos?

Antônio: Sí, participé de los dos. Nosotros tomábamos piezas literarias, piezas de teatro, y las transformábamos en reseñas, fue así que se dio ese primer libro. Y lo que el proyecto me trajo de más significativo, por decirlo de alguna manera, fue continuar mis estudios.  Fue a través de ese primer proyecto, de “Leer y escribir en la prisión”,  que era del “Club de los libres”, que volví a estudiar. Hice dos ENCCEJAS[1], para primaria y secundaria, aprobé los dos estando adentro, y cuando salí, ya ahora en 2020, rendí el ENEM[2] e ingresé a la facultad en 2021. 

Mario: ¡Qué bueno! ¿Qué estudia?

Antônio: Educación del Campo, el profesorado en Educación del Campo. 

Mario: ¿Usted entró al “Club de los libres” por interés, porque quería seguir estudiando o porque no había más opciones?

Antônio: Por curiosidad. Cuando ella [Aline Campos] llegó con la propuesta… yo no soy mucho de creer en el ser humano, principalmente cuando llega alguien a un lugar como la cárcel ofreciendo algo que va a beneficiar a una clase que todo el mundo intenta esconder, aquellos que viven en el sistema carcelario incluso cuando están afuera. En el momento en que llega alguien ofreciendo algo que le va a permitir insertarse más rápido en la sociedad a aquel individuo que está bajo custodia del Estado... Ahí dije entre mí: voy a ver qué anda queriendo esta chica. 

Mario: ¿Desde el comienzo creyó que era interesante, cuando comenzó a ir? ¿Qué le fue enganchando, qué le fue interesando como para decidir seguir?

Antônio: La temática del proyecto en sí. Siempre me gustó andar más aislado, no me gusta mucho andar entre multitudes, pero me vi en un lugar en el que no había hacia dónde correr, no había adónde escapar. Me gustaba estar solo y, de repente, me vi en una celda con 22 hombres. Y el Club de los Libres era, y creo que lo sigue siendo, un espacio en el que el preso se siente vivo, se siente un poco gente dentro de aquel sistema, dentro de aquel lugar. Eso me fue dando más ánimos para seguir. 

Mario: ¿Qué ocurría en ese espacio para que diga eso, que se sentía gente, que se sentía vivo?

Antônio: La convivencia con personas que no están bajo la misma prisión, bajo el mismo régimen de ley. Porque, igual que como digo en el texto, el sistema es el que aprisiona al ser humano, no solo por el hecho de uno estar preso. El sistema aprisiona al ser humano de varias formas, lo inclina al ser humano a salir de ahí unas, no sé, diez, doce veces peor de lo que entró, una infinita cantidad de veces peor de lo que entró. 

Cuando uno se ve en un espacio que intenta romper con ese estigma es gratificante. Y además está lo de la rebaja, la rebaja de pena. Sería un gran hipócrita si dijera que no estaba deseando salir en menos tiempo. 

Mario: De las actividades, ¿qué le gustó más, se acuerda de alguna obra que leyó y le gustó, o del proceso de escritura de los libros, por ejemplo?

Antônio: A ver si me acuerdo, hice referencia a esa obra en uno de esos comentarios que fueron escritos, porque mi memoria ahora anda… “Metamorfosis”, de Franz Kafka. Si mal no me acuerdo. Me pareció muy interesante la forma en que él aborda el tema. 

Mario: ¿Cómo la trabajaron? ¿La leyeron juntos?

Antônio: Nos la repartieron. Primero que la cantidad de libros era poca entonces Aline hacía muchas fotocopias del libro y las repartía entre los participantes. Después colaboró la editorial que publicó el primer libro, Chão Editora, y la biblioteca fue creciendo. De ahí íbamos tomando los libros para leer, pero del mismo autor, con la misma historia. Y después debatíamos, teníamos ese debate entre los detenidos y las chicas de la Universidad Federal de Tocantins (UFT) que hacen el proyecto de extensión. Porque yo creo que todos los que participaban del proyecto les deben mucho a ellas también. Porque uno ve a jóvenes casi graduadas que se interesan por el tema de entrar y salir de una cárcel, de meterse en un lugar donde solo hay hombres. Me parece que son unas chicas bien corajudas. Una de ellas me dijo un día “mirá, yo pensé que ahí iba a ser distinto, que los tipos nos iban a faltar al respeto a nosotras”. Ahí le dije a ella que no, que acá dentro del sistema hay tres cosas que un preso respeta: al médico, a cualquiera que entre diseminando cualquier tipo de religión que hable de Dios y al profesor. Esos tres tipos de ser humano para el preso siempre son bienvenidos, la presencia de ellos en esos momentos, porque son tres tipos de personas que traen un mensaje diferente. Porque el médico va a socorrer al preso en un momento de enfermedad, si está enfermo; el pastor trae la palabra para consolar en momentos de angustia; y el profesor te da aspiraciones para que algún día recorras otros caminos, entres en otros… camines por otras veredas de la vida. 

Mario: Otra pregunta, volviendo un poco a la dinámica con los libros, porque usted me dijo que les daban una fotocopia y ustedes la leían en la celda y después la discutían en reuniones, ¿o ustedes las leían en grupo? ¿Cómo funcionaba eso?

Antônio: Era los sábados… Sábado, después de la visita, después de la visita teníamos el encuentro con las chicas y los detenidos, y nosotros íbamos al salón donde hoy está la escuela, que en esa época era la sala de estudios, y ahí debatíamos. En realidad, cuando empezó no había… Había solo un espacio vacío, no había sillas, no había nada. Estaban solo los chicos que empezaron primero allá, Dorivan el difundo Dorivan, que dios lo tenga en la gloria, falleció, y João Batista… Ellos contaban que empezaron en el piso, que se sentaban en ronda en el piso, que no había asientos. Cuando ingresé ya estaba más estructurado, ya había sillas, llegó a faltar para algunos, pero se fue armando. 

Mario: De ahí ustedes leían y después discutían en ese espacio… Me imagino que las chicas les hacían algunas preguntas ¿o ustedes también ya iban charlando lo que les había gustado del texto?

Antônio: Ellas siempre hacían su contribución, eran ellas las que corregían las reseñas, ese era el trabajo de ellas. 

Mario: Ah, ¿eso porque ustedes ya iban con las reseñas escritas?

Antônio: No, nosotros las escribíamos en el taller. 

Mario: … ¿después de discutir el texto?

Antônio: Claro, eran cuatro encuentros. Tres para debatir el tema, y uno para escribir. 

Mario: En el documental del Proyecto Golondrinas que publicamos en nuestra entrada anterior usted hizo un comentario que nos llamó mucho la atención. Tiene que ver con esto que mencionó de que el sistema no solo aprisiona físicamente, imposibilita el ir y venir, sino también el pensamiento, que aprisiona la libertad de pensamiento…

Antônio: Lo que ordena el sistema, el sistema carcelario en general, puede ser acá en Brasil, o en cualquier lugar, es subyugar al ser humano. Es oprimir. No aborda ningún tema que libere al ser humano a pensar más allá de lo que es propuesto por el mismo sistema. Entonces, ¿qué es lo que propone el sistema? Obediencia, obediencia y obediencia. En el sistema carcelario para que a uno lo consideren un preso bueno, lo único que tiene que hacer es obedecer. Y cuando digo que el sistema aprisiona el pensamiento del ser humano es por… por el contexto en general. Acá, donde yo estuve, la forma de oprimir era menos dura, pero si uno se mete en un penal grande a las 5 de la matina, el guardia entra y todo el mundo tiene que estar de pie, con la cabeza hacia abajo, mirando al piso… Ese lugar disminuye cada día más al ser humano que uno es, al ser humano que un día fue. Entonces, el sistema carcelario lo único que transforma es al hombre en un animal. A pesar de que uno ya es un animal. (risas)

Transforma al ser humano en una bestia. Usted sabe que la gran mayoría sale de ahí y vuelve a la sociedad, y ¿adónde vuelve? Hacia los que lo oprimían. ¿Y cuál es el mayor deseo del oprimido? No es convertirse en el opresor. Es ver al que le oprimía pasando por la misma situación o por una peor que la que él atravesó. Así es que se piensa. Si uno no tiene una mente medio controlada, esa es la única razón que motiva al preso a vivir, y más dependiendo de lo que lo llevó a estar en esa situación. Es eso, es diseminar el odio. Y esto, el proyecto… el proyecto de lectura, el Club de los libres, que es el proyecto de Golondrinas, en el sistema en que yo estaba metido, mitigó mucho esos pensamientos de los detenidos, porque uno iba allá, leía los libros, volvía a la celda, y pasábamos horas y horas debatiendo sobre el tema… Cambió la rutina del penal. Fulano ya no se la pasaba diciendo que cuando saliera iba a arreglárselas con Zutano, arreglárselas con Mengano. Cuando salga voy a robar tal banco, y esas cosas. Rompió muchísimo lo que era el día a día en el sistema. 



Mario: ¿Cuántas personas participaban en el proyecto? ¿Había una irradiación hacia las personas que no estaban participando? ¿Se podía incluirlas, debatir ideas con las que no formaban parte del proyecto?

Antônio: Sí, se podía. Se podía debatir, incluso a veces había una celda en la que solo uno participaba del proyecto, pero como ese llegaba hablando del libro y tal, que cómo fue la actividad allá afuera, eso iba atrapando al resto. Entonces, cuando llegaba el fin de semana, iban a preguntar “Aline, ¿hay todavía cupo?”. Cuando salí éramos 22, creo, más de 18 los que estaban fijos, todos los fines de semana, porque el espacio era pequeño y no había lugar para más gente.

Mario: ¿Había más interesados en participar, pero no se podía reunir a más gente?

Antônio: No, no cabían más por el espacio que había.

Mario: ¿Cuántas personas hay recluidas, o había, en esa época, sabe más o menos?

Antônio: Hombre... cuando salí... cuando entré había más, había más de la capacidad, había el doble de la capacidad. Pero cuando salí, no. La capacidad era de 45... Seis personas por celda. Había capacidad para 40 personas y había unas 60. Mejoró bastante.

Mario: Es una cárcel pequeña, por los números que me dice... 

Antônio: Sí, la cárcel es pequeña. Ahora Aline piensa extender el proyecto a una cárcel mucho más grande. Quiere implantarlo en Barra da Grota. 

Mario: Que es una cárcel grande…

Antônio: Sí, allá ya es grande. Hoy debe tener unos 300 o 400 hombres.

Mario: Quizá, en parte, el proyecto pudo desarrollar tantas cosas por ocurrir en un espacio pequeño, a veces es más difícil en los espacios muy grandes, pero obviamente este proyecto también debería desarrollarse en otros espacios.

Antônio: Sí... Aline lo está intentando, que el proyecto llegue a otras cárceles del estado de Tocantins. Y también fuera, porque difundió bien la idea, la divulgó bien, tanto que ahora estamos en esta conversación.

Mario: Es cierto, el proyecto ha dado buenos frutos. Y otra pregunta, que tiene que ver con lo que mencionó antes de que usted no es de relacionarse mucho. ¿Cómo es la situación ahora? ¿Está más interesado en continuar con trabajos más colectivos, o ahora que está afuera, prefiere estar de nuevo más solitario?

Antônio: Sí, me gusta estar más solo, no me gusta mucho... Como le dije a Aline un día, a mí no me gustan mucho las personas. Porque me gusta estar solo, la soledad me reconforta y me parece bien estar así. Me acostumbré a mí mismo. Viví solo durante unos años. Hay días aquí en casa que le digo a mi hermana que estoy a punto de volverme loco… Uno se aleja un poquito y aparece alguien llamándote. Pero está bien, está bien la convivencia, con personas diferentes, porque cada ser humano tiene su punto de vista, sus ideas. Está bien, estudiamos, debatimos, a veces discutimos, uno está de acuerdo y el otro no con la posición de cada uno, y así vamos viviendo. Es lo que ayer hablaba con Aline, y me daba cuenta de que me estoy volviendo loco con la idea de ir a la universidad este año. Si vuelve a ser presencial no voy a poder convivir con tanta gente. Ella me dijo que lo intentara y yo le dije que iba a ver. Es porque soy un ser del monte. Me gusta el monte, me gusta el campo, vivo en el campo, me gusta estar en el monte.   

Mario: Pero, en el momento del proyecto, del intercambio de ideas, también lo disfrutó, por así decirlo... 

Antônio: Estuvo bien, fue una buena experiencia.

Mario: Y si ahora está estudiando Educación de Campo,  es porque quiere seguir debatiendo también.

Antônio: Sí, porque esto de que estamos hablando es de trabajar mucho en el ámbito de los proyectos sociales y de los grupos sociales como el MST[3] y así. Estoy viendo que voy a terminar la carrera enamorado del MST.  (Risas).

Mario: ¿Y alguna vez pensó en volver a participar en el proyecto Golondrinas ya estando afuera? Digamos, ¿ir a la prisión para participar del Golondrinas allí? ¿O eso no le interesa?

Antônio: Si hay oportunidad...porque es complicado que el expresidiario vuelva al sistema carcelario aunque vaya por un proyecto, es muy complicado que entre en la cárcel. Pero si hay una oportunidad y puedo contribuir con ellos, solo es que me llamen. Tengo amigos allí, amigos que participaron aún hoy siguen allí. Tengo amigos que hice allí, así que si puedo contribuir a mejorar su situación no escatimaré esfuerzos por estar allí. 

Mario: ¿Puede hablar un poco de cómo ha sido la experiencia de salir de la cárcel? Me gustaría saber si todavía tiene contacto con la gente del grupo Golondrinas, si tiene algún apoyo fuera también. Porque sabemos que salir es difícil y a veces el apoyo que se tenía dentro no siempre continúa fuera, así que no sé cómo es en su caso.

Antônio: Sí, tengo contacto con Aline, con algunas de las chicas, las que no se fueron. Algunas terminaron la carrera y se fueron, otras se casaron, se divorciaron, pero sí tengo contacto. Tengo contacto con la maestra de la escuela primaria, la maestra Walderice, una amiga particular mía, que se pelea conmigo hasta hoy. Tengo contacto hasta el día de hoy con algunos expresidiarios que participan del proyecto. Con familiares de algunos de ellos que no conocía y con los que tengo contacto hasta hoy... Y sobre la salida... Pensé que el recibimiento aquí fuera sería más hostil, pero no fue lo que pensaba, fue muy tranquilo, a pesar de los pesares. 

[Sobre la experiencia de salir de la cárcel, Antônio escribió el texto que compartimos a continuación]

Mario: Para terminar, ¿le gustaría agregar algo más? 

Antônio: Solo quiero agradecerles a Aline y a las chicas y a los aliados que se unieron al proyecto: el Ministerio Público se unió, el poder judicial se unió, la Chão Editora también. Los lugares por los que Aline pasó divulgando el  proyecto y que lo aceptaron bien. También me gustaría agradecerle a la profesora Walderice. Y le agradezco a usted por la oportunidad de contar un poco sobre mí. La vida es compleja, pero hay que romper las barreras de la vida para que el mañana sea un poco mejor. 

Mario: Yo también le agradezco. Creo que todos los que hacemos este tipo de proyectos nos damos cuenta y experimentamos lo mucho que aprendemos los unos de los otros y otras.

Antônio: Otra cosa que se me olvidó mencionar es que yo, Denisvan y Gilson Luis, que son otros dos chicos que están en este proyecto, ambos también participan en el proyecto Golondrinas, estamos contribuyendo al doctorado de Aline. 

Mario:   Genial, quiero leer el texto más adelante cuando esté listo, el del doctorado, para conocerlo. 

 Antônio: Yo también estoy ansioso por ver cómo va a quedar.


[1] El ENCCEJA (Examen Nacional de Certificación de Competencias de Jóvenes y Adultos) es un examen que otorga un certificado de conclusión de los  estudios secundarios.
[2] El puntaje en el ENEM (Examen Nacional de Enseñanza Secundaria) define el ingreso en la mayoría de las universidades públicas de Brasil.
[3] Movimiento Sin Tierra


 Entre pájaros, ciegos y respiración: un vivir posprisión

Antônio Pereira da Silva[4]


    Hola, señores y señoras, quien habla ante ustedes es Antônio Pereira da Silva, un expresidiario de la Cárcel Pública de Tocantinópolis. Hace menos de un mes que estoy en libertad. Ya he sentido muchas emociones, pero la de estar libre, creo que moriré sin volver a sentir algo así en mi vida. Toda esa angustia, esa desesperación que estaba consumiendo al ser humano que yo era, pasó. Como si fuese por arte de magia. Porque solo el que pasó por eso puede describir lo maravilloso que es estar libre de nuevo. 

    Cuando mis pies atravesaron la puerta hacia afuera me sentí como un pajarito que se escapaba de la jaula. Lo primero que hice fue sacudir las alas en un árbol y cantar como si dijera “estoy de nuevo en casa”. No canté, pero suspiré varias veces. Un torbellino de cosas se apoderó de mí y fue entonces que volví a vivir otra vez. Y, señores, no es fácil volver a una sociedad que nos quiere fuera de ella. Pero no está siendo tan malo como pensé que sería. Muchas personas me miran con desconfianza, pero no me dicen nada. Otras vienen a preguntarme si estaba viajando, en realidad, siendo irónicos. Otros miran para otro lado o bajan la cabeza para no mirarme a los ojos. Y también hay algunos que demuestran que tienen un poco de miedo. Pero les doy los buenos días a todos y esbozo una sonrisa, para mostrar que no soy un monstruo, simplemente una persona que está feliz, incluso después de haber estado en los brazos de la muerte por más de dos años. Porque así era como me sentía allá dentro de aquella celda. 

        Hace unos días, por primera vez después de haber salido de la cárcel, estuve en un lugar con muchas personas. Descubrí que hay otras personas a las que esta sociedad mira con más recelo que a mí. Llegó un joven de apenas 18 años al lugar en el que estaba; todos pararon para mirar lo lindo que era, pero al mismo tiempo, tan mal visto. Algunos empezaron a intercambiar miradas, hacían muecas de risa. Él entraba y salía y todos lo seguían con ojos desconfiados, porque su mal hábito de robar les provocaba miedo a muchas personas. Fue entonces que paré por unos instantes y paré para analizar: ¿cómo puede un hombre reescribir su historia?

        Una persona que no pasó por la experiencia de estar preso no puede explicar cómo es vivir dentro de una cárcel, así como tampoco es posible que una persona que nació ciega sepa cómo es vivir viendo. Podemos, sin embargo, darle a esa persona un norte sobre cómo son las cosas en su estado real, enseñándole a reconocerlas a través del tacto, haciendo de sus manos sus ojos. 

        ¿Cómo puede vivir alguien que está trancado, si no a través de los pensamientos que tiene en la cabeza? Con la Secretaría de Educación, a través de las escuelas vinculadas a ella, fue posible llevarles conocimiento a aquellos que estaban olvidados. También con el proyecto de extensión de la Universidad Federal de Tocantins, aquellos, como yo, pudieron viajar a un universo que solo la imaginación puede alcanzar. Porque cuando estamos leyendo un buen libro, viajamos, y eso nos libera, así sea en el pensamiento. 

        La lectura transforma las concepciones de vida. No voy a decir que la de todos, pero de manera general. Dudar que uno viaja a través de una buena historia y se queda preso en pequeñas charlas, dudar que las actividades escolares y el proyecto de lectura son de suma importancia para la vida de las personas privadas de su libertad es dudar que la respiración es lo que nos mantiene vivos. Pero, como todo en la vida, todavía existen los que se resisten a participar en las actividades que ofrece la unidad con el objetivo de un regreso menos conflictivo a la sociedad. 

        Dios ha sido, y siempre será, mi único consuelo y refugio. Gracias a todos los que se tomaron un momento de sus vidas para mirarme a mí y a todos los que están presos, muchas gracias. A la escuela y los profesores, a las chicas del proyecto de extensión de la UFT, sin ustedes yo nunca hubiera logrado estar acá, como estoy, bajo la protección de Dios y en los brazos de mi madre, que es la mujer más maravillosa, a quien amo muchísimo. 

        Profesora Aline, Roberto y Walderice, es con mucha alegría que escribo estas sencillas palabras para agradecerles lo que hicieron y hacen por mí, porque cuando llega el desánimo, me acuerdo de ustedes, de los consejos y de las peleas incesantes que todos entablaron conmigo para que escriba con más calidad. No me canso de agradecerles por todo. Gracias. Ustedes tienen un lugar cautivo en mi corazón 



[4] Egresado del Sistema Carcelario. Participaba en el proyecto Ensino Escolar y en el Clube dos Livres. Terminó la primaria y secundaria a través del programa ENCCEJA. Tiene cara de malo, pero es un amor. Su caligrafía siempre nos dio mucho trabajo, que era recompensado con la satisfacción de leer sus reflexiones escritas. Se volvió el “filósofo” del grupo, trayendo siempre puntos de vista diferentes y polémicos a los debates. En 2020, ya en libertad, se inscribió en el ENEM por su cuenta.